martes, 17 de abril de 2012

Bueno, pues ya toca.

Hemos dejado pasar el domingo, pero hoy lunes apetecía un poco de farra, así que cómo nos acostamos tarde por lo del fútbol al poco rato escuchamos un tumulto de gente al otro lado de la puerta.
Dejamos pasar un poco de tiempo a la espera de que fuera algo pasajero, pero después de cerca de una hora salí al pasillo y me encuentro a más de 20 personas fumando, chillando y la cara que ser les puso cuando me vieron soñoliento y "ligero de ropa" no ha sido necesario decir nada, cerraron la puerta y de marcharon. Nos persigue la marcha!!! Lo suyo era esta mañana subir a sus dormitorios con un tambor.
 Bueno, ya hemos desayunado algo de brócoli con leche de soja y nos disponemos a terminar el petate.
Un saludo.

MEALHADA- SAN JOAO DE MADEIRA
DISTANCIA 72,5 KM.
TIEMPO 5:20 H.

Pues una noche así apetece, gracias a las mantas prestadas a última hora conseguimos dormir calentitos y de un tirón, pues un edificio diáfano con algunas corrientes de aire, la temperatura más de febrero que de Abril invita al recogimiento, algunas nubes amenazantes, pero hay ganas de hacer kilómetros, y con esa premisa salimos de nuevo sin que el agua haga acto de presencia sobre nuestras cabezas, aunque en el suelo está muy presente, con riesgo de resbalones y los charcos poco a poco se van haciendo más blandos, lo que provoca algún que otro susto, pues en los dos casos llevamos ruedas bastante lisas, más para rodar y pistas en buen estado que sobre barro, aunque con el peso añadido se defienden como pueden.
Cruzamos la ciudad de Agueda, donde nos avituallamos y tambien nos comemos unos pastelitos en una cafeteria a pie de calle, sentados en una terraza, con un sol que se deja entrever y nos calienta un poco los huesos despues de tanta agua. Continuamos hasta Albergaria a Velha, lugar donde pernoctamos en la anterior vez, paramos a hacer unas fotos, sellamos las credenciales y continuamos nuestra marcha hasta destino. Una vez fuera de la población seguimos sobre todo por el pavimentado portugués y pistas alquitranadas con ningún tráfico, tan solo algún coche de vez en cuando al acercarnos a alguna población. Justo antes de Oliveira de Azemeis decidimos parar en una terraza al sol, donde pedimos permiso por si podemos comer lo que llevamos, pidiendo de beber en el local, a lo cual acceden sin poner pegas, aunque les hubiera gustado vendernos unas hamburguesas o bocadillos y a nosotros tambien, pero ya estaba comprado el pan, así que estuvimos aguantando al “graciosillo local” con una copita de más, aunque a la segunda gracia le invitamos a que nos dejase en paz sin mayor problema. Terminado el avituallamiento se abandona la carretera y comienza de nuevo el pavimentado y pista de tierra, siendo el firme habitual hasta la finalización de etapa, con un perfil de subida casi continuo, pero con el sistema habitual de todas las etapas portuguesas: en diente de sierra, tanto subes, tanto bajas, pero subiendo siempre un poquito más...
San Joao es una ciudad bastante grande, teniendo que cruzar casi al completo para llegar al Cuartel de Bomberos, que se encuentra en la parte derecha, dentro de un polígono industrial, despues de haber subido... y bajado de nuevo, pero las flechas te dicen que has de volver a subir... pero eso será mañana.
Nos reciben, al igual que en todos los cuarteles donde nos hemos alojado con todo el respeto del mundo. Primero te presentas, luego les dices que vas en peregrinación, presentas tu credencial, y entonces piden permiso al superior para poder alojarte, y en ningún caso de todos los solicitados me ha sido denegado. Te ayudan en todo lo que esté en su mano, te enseñan todo el recinto, donde puedes lavar, donde tender, reparar la bicicleta, donde cenar, donde vas a dormir, si necesitas algo te lo proporcionan y el respeto es absoluto, salvo que de algo no se den cuenta, como nos pasó a nosotros...

Una vez en el Cuartel nos vuelven a aposentar en un pabellón, solo que esta vez los colchones van en el suelo, cosa que a nosotros no nos importa, los servicios son los propios del pabellón, todo está muy limpio y nuevo, nos dejan colocar las bicis a nuestro lado y el bar está justo al otro lado del pasillo, en la puerta de enfrente, más no se puede pedir. Una vez limpitos y cambiados, con la ropa lavada, tengo que cuidar de mi montura, pues la cadena da signos prematuros de envejecimiento, debido a tener que cambiar el lubricante de ceras habitual por aceite de cadena y con la lluvia está todo bastante sucio, teniendo que emplearme a fondo en la limpieza para evitar estropear el cambio. Ya terminadas las obligaciones, nueva subida al pueblo a tomar una cerveza, pues tambien hoy podemos cenar en el Cuartel, aunque en principio no nos convencía mucho el menú, pero... iniciamos la ascensión para luego volver a bajar a San Joao, unas cuantas fotos, paseo, un bar con Wifi que no esperábamos, vemos a la familia de nuevo, y cuando empezaba a anochecer volvemos sobre nuestros pasos y aquí comienzan los “malentendidos” entre dos lenguas tan similares:
Si una garrafa es una botella de cerveza. Un copo es un vaso mediano, una maçeta es un vaso grande... ¿Que puede ser un Sandwich?, pues un pareado de pan de molde cuadrado relleno de jamon y queso habitualmente... pues no, allí es redondo, efectivamente lleva jamón y queso pero además, un filete de lomo a la plancha de considerables dimensiones... y yo me pedí dos... bufff, terminé hasta... o un poco más allá. Un par de cervezas para mí, y el compi que empieza a sentirse mejor del estómago sigue con el agua por si acaso. Un dulce pequeñito para rematar la faena, un suave y obligado paseo bajo las nubes que empiezan a pasar a gran velocidad, el tiempo que dice que va a hacer feo mañana... me cortan por primera vez internet sin causa justificada, con un SMS se soluciona... y nos piden que si podemos quitar las cosas del medio que tiene que entrenar en el pabellón los jugadores de fútbol sala... Noooo, esto no puede estar pasando... vamos a ver, tampoco nos han cobrado, el sitio es estupendo, así que recogimos todo, lo apilamos en un cuarto detrás de la portería, empezamos a cenar, sobremesa un poco larga con el pastel y al poco rato del paseo ya teníamos de nuevo el pabellón para nosotros solos.

Las últimas rampas de esta etapa nos han dejado bastante cansados así que según cogimos la postura empezaron los acordes en forma de ronquidos... pero parece que suena mucha gente en el bar, aunque entre sueños me ha parecido que se callaba todo el mundo e incluso echaban la llave, pero esta algarabía... miró el reloj y eran sobre la una y media de la madrugada, un jaleo de bastante gente, espero unos minutos por si acaso, pero en vista de que no cesaba, y con el pijama especial que llevo para acostarme (en gallumbos) me asomo y allí estaban casi todos los de guardia, tanto chicos como chicas, con sus “respectivos”, sin percatarse de que allí había gente durmiendo. No abrí mi boca, pero me pidieron perdón y en menos de un minuto el tumulto fue disuelto. El compi se descojonaba... dentro de la mala leche que te da el hecho de que nos vemos negros para poder dormir una noche del tirón.

Haber que nos depara mañana.