jueves, 19 de abril de 2012

En Caldas de Rey.

Bueno, pues aprovechando que han abierto el albergue municipal pues hasta aquí hemos llegado. Ayer decidimos dormir en Valença, pero no fue una decisión voluntaria sino porque íbamos tan empapados que un kilómetro más hubiera sido imposible, y no es broma, por ejemplo un dato: no pudimos estirar porque fuimos directos a la ducha debido al frío, para entrar en los sacos durante un rato hasta el punto que media hora después, sentía todavía las manos frías y obligados salimos a tomar café y buscar una wifi para hablar con la familia... y quizá llevado por la situación tan estresante nos llevo al catastrofismo de pensar incluso en coger un tren si las condiciones climatológicas se repetían de nuevo, cómo era la previsión...
 Pero en fin, conseguimos comer a buen precio, luego nos fuimos a dormir con bastantes peregrinos empapados pero sin llenar el albergue ni mucho menos.
Dato curioso... los andarines se levantaron más tarde que nosotros, y se acostaron más temprano...incluso creo que mi compi intuye que le estoy engañando con que nos levantarán mañana a las 6... El resto de la crónica se lo dejo al compañero anjo37 en el forobicigrino.com
Un saludo a todos y gracias por seguir las peripecias y andanzas de estos dos bicigrinos.

VALENÇA DO MINHO-CALDAS DE REY
DISTANCIA 75,7 KM.
TIEMPO: 4:48 H.

Amanece un nuevo día, los ánimos están por los suelos, tanto que incluso hablando con la familia con los datos del tiempo en la mano, se baraja la posibilidad de llegar a Pontevedra en tren de cercanías, pues dan las 7 de la mañana y aquí no se levanta ni el tato, ni de a pie, ni en bici, un grupo con un carrito de ruedas grandes con algo parecido a unas angarillas y llevar a modo de un tiro de caballo, y llueve con una intensidad aplastante, aunque el día se ve claro, los caminos han de estar imposibles, y con estas premisas decidimos ir a desayunar al mismo sitio donde tomamos café la pasada tarde y decidir.
Sigue lloviendo, despedimos los desayunos de dulces variados con un milhojas relleno de crema pastelera y recubierto de chocolate de dos colores, y yo una madalena de más que generosas dimensiones, cubierta por encima de cabello de ángel tostado y azúcar glass (en una palabra, de los que no engordan si los miras, en caso de comértelos la cosa cambia) mientras fuera sigue lloviendo con fuerza. La balanza está equilibrada mientras volvemos al albergue y hacemos el equipaje y mi compi me deja la responsabilidad de tener la última palabra cuando mirando al oeste sale el arcoiris, le hago una foto y la cuelgo en el blog mientras el sol empieza a salir timidamente, así que le digo que vamos a intentarlo, aunque no llevo mapas topográficos de Galicia, pues no son compatibles los topo de España y Portugal para poder llevar ambos en el GPS, así que cargo el City Navigator y le aviso que en cuanto la linea negra desaparezca de debajo del track, salimos a carretera, lo siento, pero lleva 72 horas lloviendo sobre el mismo sitio, y por muy bien que pudieran drenar los caminos una encerrona que te haga perder un montón de tiempo, volver a ver situaciones de riesgo por el tema de los neumáticos, y en esas estaba cuando recibo la llamada del amigo Angel ANJO37 en este foro, preguntando por cómo vamos a llegar a Pontevedra, pues según ha ido leyendo en el foro y el blog y las dudas que teníamos, para quedar a una hora prudente en Pontevedra. Le digo que vamos a intentarlo por carretera sin meternos en líos y eso hicimos, cogemos la N552 con dirección a Tuy, y que largo es el puente sobre el Miño, 1 hora y 5 minutos en cruzarlo (para quien no entienda el chiste, en Portugal es una hora menos), sellamos en la Catedral e iniciamos el recorrido por las calles de la ciudad, pero sin bajar al río, continuando por la carretera, pero llega un momento en que aquello sabemos que no es nuestro ambiente, no se disfruta... y al final nos metemos en lios, en el siguiente cruce y sabiendo que no hay asfalto, nos metemos de lleno en camino, y empezamos a disfrutar de nuevo. Procuramos, en la medida de lo posible, de evitar las vueltas innecesarias con visitas a los pueblos, pero el track está ahí, y se puede comprobar que fuimos fieles al trazado en un 60-70% sin desviarnos en exceso cuando nos salíamos de él.
De esta forma, cuando para las 12 debíamos estar en Pontevedra, eran las 13:30, no habíamos comido y nos quedaban más de 20 km. así que vuelvo a llamar a Angel, le explico la situación y quedamos a la hora del café, mientras nosotros ya pararemos a comer un bocadillo. De vez en cuando nos cae un chaparrón, pero sin excesivo entusiasmo, a veces sale el sol, en fín, mucho mejor que ayer y antes de ayer.
Parada a comprar las viandas, el presunto ya es jamón, con algo más de calidad, tampoco en exceso, pero los blister tienen eso... rematamos con una manzana y un plátano, todo en un apartado de la carretera, y una media hora despues estábamos entrando en Pontevedra, donde llamo a Angel y quedamos en la plaza de la Peregrina, que cae dentro de nuestro Camino. A los pocos minutos nos encontramos, saludos de rigor, y como viene pertrechado por si caen chuzos de punta, pues tomamos dirección al final de la etapa, algunas fotos, cambiamos la salida propuesta por el Camino y por el track por un precioso paseo por el parque que corre paralelo al mismo y más adelante podemos comprobar como van cambiando el Camino debido a las obras del Ave, y lo que en principio iba a ser esquivar las corredoiras, se convierte en un paseo precioso, sin agua acumulada y con excelente pedalear. Unos paisanos nos saludan y les pregunto si va a llover y me dicen que esta tarde no, ¿y mañana? NOOO, mañana tampoco, si no cambia... o sea, ya estoy más tranquilo, puede que llueva o puede que no.

La sorpresa de la jornada fue el descubir las cascadas de Barosa, gracias al amigo Angel, donde, con un desvío de unos 300 metros podemos disfrutar de un entorno natural muy bonito, bastante conseguido, tanto la puesta en valor de la zona con elementos que permiten su disfrute, como la zona natural que invita al descanso. Nos tomamos un café de forma tranquila, pues apenas quedan unos 20 km. y nos lo podemos tomar con toda la calma del mundo, nos hacemos un montón de fotos y charlamos sobre lo mundano y lo divino, la ilusión de quien va a ser papá en pocos meses, la dura situación económica por la que atravesamos, y el no rendirse ante las adversidades. Hay que seguir adelante contra viento y marea.

Continuamos hacia adelante, tampoco es cuestión de llegar demasiado tarde y nos ahorramos un par de tramos donde podríamos tener problemas, pues son caminos de tierra en zonas de labor que le son conocidas.
Una vez en Caldas, nos dirigimos al albergue, algunas llamadas de rigor, pues quien más y quien menos estaba con la mosca detrás de la oreja sobre el tipo de etapa que ibamos a hacer, así que mejor despejar incógnitas para los incrédulos, luego la despedida, y siempre me siento mal cuando alguien me acompaña, yo llego a mi destino y el otro tiene que seguir su camino... no me apetece que Angel se vaya, pero mi conciencia me dicta que es lo mejor y prefiero que sea cuanto antes, por si cae algún chaparrón, avería o demás. No es muy tarde, pero me quedo más tranquilo cuando ví el post en el foro por la noche.
La cena la hacemos justo frente al albergue Restaurante Villadoiro, en el mismo lugar donde cenamos hace cuatro años, y lo más increíble, el dueño se acordaba de mí, de donde era y entablamos conversación mientras pedíamos un plato combinado que era enorme y a buen precio, el sitio merece la pena, además tiene wifi y el trato es estupendo. Estuvimos viendo como ganaba el Atletico de Madrid al Valencia, aunque tuvimos que salir antes de tiempo por la hora de cierre del albergue con un par de chupitos de orujo de café casero que nos dejó el cuerpo en buena armonía para la que se nos avecinaba.

A las 22:30 se apaga la luz y todo el mundo a dormir, si tienes tapones, pues el albergue está lleno y se prevee concierto.