lunes, 9 de junio de 2008

EN ALGUN LUGAR ENTRE PEREIROS Y FACHA (8 KM. ANTES DE PONTE DE LIMA)-VALENCIA DO MINHO






DISTANCIA: 43,03 km.
TIEMPO: 4h 24´38´´
AVS: 9,7 km/h
MAX: 60 km/h

Pues si cuando nos dormimos no estábamos del todo seguros de el lugar donde estábamos durmiendo, cuando despertamos lo estábamos menos todavía. Resulta que todo el estacionamiento está lleno, no es broma, estaba lleno, y de coches de gama media-alta poco comunes por aquellas tierras, como decimos por aquí, quien lo entienda que lo compre..., pero el hotel seguía tan cerrado como cuando llegamos nosotros, así que nos preparamos y a dar pedales cuando el sol ya estaba bien alto.
Volvemos al lugar donde dejamos las flechas ayer y se observa un bar unos pocos metros a la derecha, con lo que enfilamos hacia allá y desayunamos de forma ligera algunos de los muchos pasteles que tenían en exposición, entre los que había una tarta de chocolate con fresas caramelizadas que tambien cayó (total eran tan solo 8 raciones...).
Pues nada, la carretera que pica hacia arriba, y lo que había sido un sol espléndido desde el comienzo del día es ahora unas nubes negras que nos sorprenden con gotas de lluvia en muy pocos minutos. Esta es una zona de media montaña que impide ver muchos metros al horizonte así como hacer una pequeña previsión, por lo cual paramos y nos colocamos las prendas de lluvia. Este tramo, como todos los kmts. recorridos desde Porto van transcurriendo entre veredas, caminos y pistas asfaltadas en las entradas de las poblaciones, con total ausencia de vehiculos, salvo los de las explotaciones agrícolas hasta la llegada a Ponte de Lima, donde nos encontramos con un paseo muy bonito donde está colocado un mercadillo de antiguedades junto al río, muy cerca del puente medieval, salimos de la localidad y la carretera se pone bastante cuesta arriba, tan solo hay que ver la media de kilómetros que hicimos este día, nos adelantan hasta las tortugas.
No me gusta dar demasiadas pistas de los perfiles, sobre todo porque me gusta lo que me encontré y el estado de lo que me encontré, y desvelar lo que vas a ver le resta encanto a esta aventura, pero en algunos tramos, para subir la bici hacen falta dos personas, vamos, que se rie uno de la subida a Alberguería de la Vía de la Plata, todo esto desde unos 10 km desde la salida hasta unos 5 o 6 a la llegada.
Cuando se aproxima la hora de comer, paradita para comprar las viandas y damos cuenta de ellas rápidamente, en cuanto encontramos un llano donde colocar las bicis. Luego la bajada, algo menos abrupta que la subida, pero que se las trae de todas formas, hay que bajarse en muchos tramos, pero que ya nos da unas vistas espectaculares del valle sobre el Miño. Las flechas te llevan por pista asfaltada hasta la entrada de Valencia y posteriormente al albergue, que se encuentra a la salida de la población, junto al Cuartel de los Bombeiros. Es un albergue muy moderno de dos plantas, con habitaciones de unas 30 literas separadas entre hombres y mujeres, cocina, lavadero, sala para comer y sala de estar con ordenador y sillones, con amplios ventanales, así que visto lo visto, y que se encontraba casi vacío, decidimos hacer noche allí en vez de pasar a territorio español. Una vez duchados y colocados en nuestros aposentos, observamos sin terminar de creernoslo, como aquellos ciclistas que hacían tantos kilómetros llegaban una hora más tarde que nosotros, con la escusa de averías en una de las bicis, problemas con las subidas, y alguna que otra escusa más... Menos mal que lavamos la ropa antes de que llegaran, pues llenan todo el lavadero de bicis y el terreno queda algo escaso ante tanto vehículo, una vez que se duchan mientras nosotros aprovechamos para hacer las llamadas de teléfono con cobertura española, y precio español, o sea, un buen puñado de minutos al teléfono vamos entablando conversación, e intentan convencernos de nuevo que mañana duermen en Santiago... si antes dudábamos de tan grande azaña, ahora ya les espetamos, sin ningún genero de dudas, de que es imposible, 121 km. por tierras gallegas es una temeridad. Es más, ahora que ya empezamos a soltarnos en esto del portugués intentamos explicar a uno de ellos que en curzar el puente internacional sobre el Miño se tarda una hora :-), y despues de dejarle un rato que reflexionara sobre como gastar una hora en cruzar un puente de menos de 500 metros le despejamos la incognita del cambio horario, pero aún seguían empeñados en que se podía.
Nos recomiendan el Restaurante Acuario, a pocos metros del albergue, y la verdad es que la cena ni fú, ni fá, normalita y se nos hizo algo cara, aunque los helados de postre sí que estaban ricos.
Ya entrada la noche y como todo grupo numeroso que se precie, la pérdida de modales, o lo que es lo mismo, las risas de grupo cerrado, con voces, llamadas de teléfono en la habitación, más voces, carcajadas, musiquitas, mensajes con su característico pip pip, en definitiva, que parecía más una caldereta de amigos que una verdadera peregrinación, pero al final quienes le dimos la noche fuimos nosotros...

No hay comentarios: