jueves, 5 de junio de 2008

RABAÇAL-COIMBRA





DISTANCIA: 44,786 km.
TIEMPO: 3h 34´42´´
AVS: 12,5 km/h.
MAX: 59,1 km/h.

Las máquinas empiezan a sentir el paso de los kilómetros, necesitando tanto la de Juanito como la de JD una revisión de cambios y de frenos para continuar, lo que nos retrasa más de una hora la salida hasta que damos con la tecla de los cambios de la de Juanito, la de JD no hay manera de afinarlo, va a ser cuestión de la cadena casi seguro. Además, JD empieza con problemas de tendinitis en la rodilla izquierda que le tienen muy preocupado, con lo que le tengo que dar un antiinflamatorio de los que tengo que utilizar para mi problema de espalda, lo que le permite seguir dando pedales, aunque siempre con la precaución de que la lesión sigue estando ahí y que debe cuidar de someter esa pierna a esfuerzos intensos.
Para retrasar un poco más la salida, el desayuno se lo toman en el restaurante como si fuera una boda, y tardan una eternidad en servirnos, luego tenemos que desplazarnos hasta la fábrica de quesos (es del mismo dueño que el bar citado anteriormente) para que nos sellen el billete de autobús pues seguimos sin credencial. Y para dar la estocada final a la salida... empiezan a caer pequeñas gotas de agua del cielo. Como era la primera vez que colocaban las bolsas en las alforjas eso nos retrasa aún más la salida, en fín, que nos dieron las 11 y no habíamos dado pedales desde las 7 y media que llevávamos levantados, aunque encontrarnos de nuevo con las flechas en zona de tierra hace que nos olvidemos de momento de los pequeños problemas con los que vamos encontrándonos.
Como sabíamos que Murphy viajaba con nosotros, el que va más flojo sufre una caída que pone la bici con las ruedas hacia arriba, aunque sin consecuencias le obliga a un rápido salto que agrava la lesión más de lo recomendable.
Unos kmts. más adelante y en una zona donde era más recomendable el empujin, Juanito prefiere subir la cuesta encima de la bici, siendo parado por una piedra, que si no era de grandes dimensiones, sí lo suficiente como para pararle en seco, agravado porque la zapatilla opta en ese momento por no querer salir de la cala y le provoca una caída de unos cuatro metros barranco abajo, de la que sale milagrosamente indemne, aunque con magulladuras y rozones por todo el cuerpo, aparte de los consabidos dolores que suponen estos golpes. Digo que salió milagrosamente con toda razón, pues hay un montón de piedras sueltas grandes, pudiendo haber sufrido un percance bastante desagradable a poco que le Santo no hubiera puesto tanto de su parte como puso.
Paradita rápida para comer en la ciudad romana de Conínbriga y los problemas de rodilla de JD siguen en aumento, ahora son ya pinchazos que le recorren toda la pierna, aunque el pundonor y las ganas le impiden tirar la toalla sabemos que algo no va bien.
En vista de esto decidimos por unanimidad parar en Coimbra y ver como responde al hielo e antiinflamatorios la rodilla para decidir de forma más calmada que hacemos a partir de mañana pues llevaba las cápsulas contadas y no puedo prescindir de ellas. Con suerte las pudimos adquirir en una farmacia de Coimbra sin excesivos problemas, incluso en el envase original.
Nos adentramos en la ciudad y nos alojamos en el Cuartel de Bomberos Zapadores donde nos facilitan una habitación con 3 camas, con nuestra llave individual, si bien tuvimos que entregar el DNI para que los fotocopiaran. Esto da una idea de la disparidad de criterios a la hora de admitir huéspedes en cada uno de los lugares donde nos vamos alojando, no es que haya desorganización ni mucho menos, pero sí es curioso que no se rijan por un mismo patrón cuando en realidad dependen orgánicamente del mismo sitio, en fin, cosas del cambio cultural. Duchita en los vestuarios compartidos de los Bombeiros y JD, suponemos debido al cansancio se queda dormido durante más de una hora en la cama.
Como era muy temprano nos dispusimos a visitar la ciudad, cuando nos dimos cuenta que estamos en la parte moderna, y desplazarnos al centro nos lleva como 1 hora de autobús, más otra de vuelta, y ya sería de noche, con lo cual, mejor visitamos el centro comercial, que es igual aquí que allí, y además pudimos ir a una tienda de deportes donde compramos el repuesto que le hace falta a la bici de JD, pues me decido a cambiar piñones y cadena, como no hay mucho donde elegir, le coloco un casette de 8 y una cadena normalita. Ojo cuando os revisen las bicis, para el Camino no vale con cambiar la cadena, además hay que cambiar el casette, pues la cadena nueva se destroza al meterla en los dientes de un piñón viejo. La rodilla, despues de 2 cápsulas más, parece que no duele nada. Nos comemos unos buenos, buenísimos dulces en una pastelería que hay frente al centro comercial y anécdota del día. Me siento en la terraza y les digo a los dos compañeros de fatiga que me pidan lo que quieran que estoy cansado. Me coloco frente a la cristalera y no puedo reprimir una sonrisa al darme cuenta de la emboscada... Los dos pardillos se acercan al camarero, pero ya es tarde, se han dado cuenta de que ninguno de los dos fala portugúes, momento en que se dan la vuelta y me ven riendo con todas mis fuerzas, supongo que los que estuvieran sentados a mi lado pondrían en duda mi estabilidad psíquica, pero me lo estaba pasando como los indios, luego los tres se acercan a la mesa, pedimos y me reprochan mi actitud, pero que se le va a hacer...

Tan solo nos quedaba tiempo para retirarnos a nuestros aposentos al terminar la cena en el Mcdonalds, perdonad que no seamos demasiado originales, pero no nos apetecía demasiado buscar restaurantes típicos y menos en una zona tan moderna y europeizada como la que estábamos pisando.

No hay comentarios: