miércoles, 4 de junio de 2008

TOMAR-RABAÇAL






DISTANCIA: 84,480 km.
TIEMPO: 6h 38´52´´
AVS: 12,7 km/h.
MAX: 57 km/h.

Después de poder dormir en la primera cama de verdad en 3 noches los cuerpos no querían abandonar tan generoso ofrecimiento, aún así el Camino manda, el reloj no se detiene y tenemos una meta que alcanzar, tampoco es cuestión de hacer esperar al Santo por culpa de nuestra pereza. Desayuno enfrente del Cuartel, excelente, como todos los hechos en terras Lusas y a la hora de despedirnos, el chefe, que es como se conoce al Jefe del destacamento, pide a uno de los voluntarios que nos acompañe en su bicicleta hasta la Iglesia de San Francisco cuyo altar es más que curioso y donde nos colocan el carimbo ( no olvidéis la palabreja, que es como el sello de aquí) nos hace las fotos junto a la noria del río y nos acompaña hasta la salida del pueblo por la Plaza de Toros. Hay que tener cuidado porque ha habido movimientos de tierra por la autovía y toca pasar por un carril de hierro que se ha desprendido de uno de los puntos de apoyo deslizándose un metro hacia abajo, aunque por la orografía del terreno no hay peligro de que siga hacia abajo. En este punto nos damos cuenta de que hoy va todo de camino, camino y más camino, por fin una etapa “ sobre lo marrón” utilizando un término motero, teniendo tan solo las entradas a las pequeñas poblaciones asfaltadas. Paramos a comprar el pan, fruta y resolver un problema de roadming de uno de los teléfonos, además del cable de las baterías auxiliares del GPS que se había soltado. Cuando iniciamos la marcha y debido a la mala colocación del pan encima de mi saco de dormir, se me cae al suelo, pasándole por encima una camioneta de las típicas portuguesas con la caja de madera atrás. Lo recogemos y estaba intacto, algo menos crujiente, pero dentro de su bolsa y sin síntomas del traumatismo al que había sido sometido. Damos cuenta de las viandas, así como de un salchichón y un chorizo que nos acompañaron desde casa, y al cual no le hicimos asco en el aparcamiento de una panadería, que debido a la hora se encontraba cerrada. Si bien cuando terminábamos pudimos comprar un pan que estaba destinado a una tal Isabel, que a saber que habrá comido hoy.
Seguimos recorriendo aldeas, agradeciendo la gran labor de los que han ido colocando sucesivamente las flechas amarillas con excelente criterio, que de momento, hacen innecesario la utilización de guías y mucho menos del GPS que se encuentra ahora sin baterías debido al incidente del cable.
La etapa en sí es muy dura, no hemos encontrado apenas llanos en lo que llevamos de ruta, tan solo subidas y bajadas, y cuando te asalte la duda de por donde irá el Camino, una respuesta es segura, siempre será hacia arriba... Va cayendo el sol y no vemos indicios de la localidad donde hemos de alojarnos: Rabaçal, pues según varios lugareños faltan como unos 8 km. Y sobre 10-12 por camino. Encendemos las luces traseras para evitar males mayores y decidimos hacer este último trayecto por carretera, con todo el dolor de nuestro corazón, pues la etapa ha sido espléndida, no se puede explicar ni con palabras ni con fotos, los compañeros extraordinarios. Se respira optimismo, y todavía no sabemos cuando ni donde alojarnos, hay espíritu aventurero, o bien confianza en que se cumplan los datos de la guía.
Al final, los 8 km. no fueron más que 5 y al llegar al Restaurante de la localidad nos informan que HOY han inaugurado el Albergue que es regentado por el dueño del Bar de enfrente, donde nos dirigimos, decir que son las 10 menos cuarto de la noche y casi no hay clara de día.
Allí nos encontramos con 3 vascos, de pocas palabras, con los que compartimos restaurante, que no mesa, pues son algo conservadores con los extraños, por decirlo de una manera políticamente correcta. Nos preparan una habitación con 5 camas y nos disponemos a dormir después de comer en el restaurante citado Bacalao, Secreto de cerdo ibérico y Ternera, que estaba todo riquísimo y a un precio bastante ajustado. Mañana será otro día.

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